José Vicente Pascual González - Blogs
El Faro de Vigo - 31/12/2010
ELENA OCAMPO - VIGO El cuerpo narrativo entero de Valle-Inclán, editado en dos volúmenes por Espasa, ha sido reunido al cuidado del catedrático Darío Villanueva, que destaca que el autor arousano de Luces de Bohemia está "mucho más vivo" que otros coetáneos como Unamuno. El académico, que se quedó a las puertas de ser director de la RAE hace apenas quince días, continúa ejerciendo como secretario de la RAE.
–¿Coincide la edición con alguna efeméride?
–La próxima víspera de Reyes se cumplen 75 años de la muerte de Ramón [María del Valle-Inclán] en Santiago de Compostela. Espasa publica en dos tomos toda la narrativa de Valle-Inclán y a mí se me ha encargado una introducción extensa, en la que reivindico un tratamiento distinto del autor.
–Pide un trato de corte más internacional.
–Creo que hay que contrastarlo con las grandes figuras de la literatura europea y americana de la época, no circunscribirlo exclusivamente a la generación del 98. De hecho, Pedro Salinas lo denominó "hijo pródigo del 98". No encaja demasiado con la generación del 98, aunque por fecha de nacimiento pertenece. A Valle hay que compararlo con los grandes renovadores de la literatura del primer tercio del siglo XX; del modernismo internacional, no el hispano-americano de Rubén Darío, que también influyó. Es en el Modernisme en Europa y EE UU, donde están las principales figuras de la literatura contemporánea: James Joyce, el norteamericano William Faulkner, Herman Hesse o Thomas Man en Alemania, Aldous Huxley y Virginia Woolf en Inglaterra, el propio Frank Kafka... Donde yo quiero ver a Valle. Y estudiarlo en ese contexto.
–Usted dice que sigue vivo.
– Si comparamos la vigencia de la narrativa de Valle con otros del 98, está mucho más vivo, más vigente. Solo Baroja resiste un poco la comparación. Es fácil de explicar, porque era un adelantado a su época. En el caso de la narrativa, es extraordinariamente ágil y moderna.
–¿Por qué es tan difícil la puesta en escena de sus obras?
–Lo fue en su momento. El horizonte del público se quedaba muy atrás de las propuestas dramáticas de Valle-Inclán. El teatro en los años 20 y 30 era el del decorado y los actos, un teatro burgués muy convencional y decimonónico. Ni Valle se entendía bien, ya que declaraba cosas atroces en contra, ni había promotores lo suficientemente arriesgados. Sin embargo, hoy está en el repertorio del teatro internacional. El tiempo ha acercado al público al teatro de Valle. Recuerdo que las Comedias Bárbaras en Teatro le Colline, en Francia fue un auténtico do de pecho de teatro europeo del momento. Es cierto que es costoso y con múltiples personajes.
–¿En qué se ha traduce que fuese un visionario?
–Fue uno de los escritores que más rápido entendió lo que significaba el cine como forma de comunicación contemporánea y utilizó recursos para la narrativa y el teatro. Por eso, su narrativa no es ajena al nuevo público, más formado en imagen. También tuvo más relación con la prensa, en su visita al frente de Verdún en la primera guerra mundial. Fue comisionado por Prensa Latina y el diario El Imparcial. Sus entrevistas contienen un pensamiento político contradictorio; más el de un artista que el de un filósofo.
–Se graba en Santiago un documental de Valle, también con motivo del 75 aniversario de su muerte, ¿cree que la obra es suficientemente conocida en Galicia?
–Yo no creo que la fama de un escritor se pueda circunscribir a una zona. No sería capaz de valorar la acogida de Valle en Galicia, mido su dimensión es internacional. También porque ambienta sus obras en Méjico o Italia. Y su obra Tirano Banderas es una de las novelas de dictador cuya temática que ha llegado hasta La fiesta del chivo, de Vargas Llosa.
–Pero habla de Galicia.
–Como ocurre en Irlanda con James Joyce. Hay paralelismos impresionantes, según he publicado: ambos emigraron de su territorio natal, pero siempre estuvo presente y fueron periféricos en relación al idioma en el que crearon su obra. Joyce con el irlandés con respecto al inglés y Valle con el gallego con respecto al castellano.
–¿Quién sería Valle si viviese hoy o a qué se dedicaría?
–Haciendo un ejercicio de futurismo retrospectivo, quiero pensar que sería lo mismo que fue: un autor que cultivaría la narrativa, el teatro y la poesía. Pero me parece que el talento de Valle, se pondría más al servicio del audiovisual televisivo y cinematográfico, porque el interés que él mostró ya desde los años diez por el cine, que definió como el teatro de los sentidos. Y se pondría más al servicio de las nuevas tecnologías.
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