La editorial Menoscuarto acaba de publicar una antología de microrelatos bajo el título Mar de pirañas (uff...), en la cual se compila, a decir de los propios editores (y supongo que a criterio del antólogo),"una muestra plausible de la calidad y exigencia de estos nuevos nombres del microrrelato español". Pues vale.
Entre los nuevos nombres de este género que lleva veinte años poniéndose de moda hay algunos que, en efecto, son muy nuevos y no dudo que muy prometedores, ya valiosos por lo general, De otros no sé si son novedosos o veteranos porque, sinceramente, no me suenan de nada. Y otros... ¡Ay, Cristo de Borja! Otros antologados (mejor dicho, sus nombres en esta colección), confirman hasta la parodia aquello que proclamase en cierta ocasión Manuel Vázquez Montalbán con no pocas ganas de guasa: "Los escritores jóvenes españoles son los más viejos del mundo". Atentos a la muestra de voces emergentes en el género: Felipe Benítez Reyes, Fernando Iwasaki, Almudena Grandes, Andrés Neuman, Ángel Olgoso, Ignacio Martínez de Pisón, Carlos Castán, Eloy Tizón, Óscar Esquivias, Manuel Moyano, Hipólito García Navarro...
De los dichos, y cualquiera que me conozca lo sabe, hay algunos a los que admiro rendidamente y cuya amistad me honra y me ha alegrado la vida durante muchísimo tiempo. Y ese es el problema, claro: el muchísimo tiempo de trayectoria que les ha costado, al parecer, reunir méritos suficientes para "entrar" en esta antología. Nuevos, lo que se dice nuevos... son tan nuevos como Arturo Pérez Reverte escribiendo best-seller´s. Algunos, incluso, son bastante más veteranos. Y tampoco es nueva esa costumbre de "ajustar" antologías y presentarlas a los lectores como el bizcocho de Ranmoneta, que quiso ser mona y se quedó en rosquilleta (entiéndase lo de "mona" por mona de Pascua). En fin, que si lo pretendido es publicar a nuevos autores de los que verdaderamente debería reunirse una antología, pero sus nombres son demasiado desconocidos y necesitan el apoyo de otros con sólida trayectoria... ¿Qué problema hay en decirlo y reconocerlo? ¿La verdad es molesta o inconveniente para los lectores? Yo creo que no, que al final la agradecen porque, A).-Se evita tomarlos por un hatajo de cándidos; y B).-Se les ofrece una información documentada, lo que siempre viene bien, bastante mejor desde luego que un delirio publicitario en el que creerá el que quisiere y por los motivos que que se le antojen. ¿Había mucho problema en llamar a estas Pirañas "Antología del microrelato español"?
Está visto que algunos editores y algunos expertos en la materia, si no meten la liebre en la gatera no son felices. A última hora, la pura realidad, dejémonos de bobadas: ¿Por qué lo llaman antología cuando su verdadera fábrica es "He levantado el teléfono y llamado a algunos conocidos para ver si hacemos un libro que se venda bien aunque, compréndelo, pagarte no te podemos pagar, si bien considera lo bien que te vas a sentir cuando tu nombre aparezca junto a los de... "?
Si es que no tienen remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.