domingo, 28 de noviembre de 2010

Carmen Amoraga

José Vicente Pascual González - Blogs

El País - 29/11/2010




Carmen Amoraga (Picanya, 1969), finalista del Premio Planeta 2010, reconoce que su última entrega es un libro triste, pero no porque su protagonista "muera en la página 3, y si no es antes es porque están las dedicatorias". El tiempo mientras tanto "es triste porque los personajes viven vidas tristes". Pero la autora, en gira de presentación de su volumen, también lo califica de "positivo". Y de "divertido, que es lo contrario de aburrido; no se lee con una carcajada, pero sí con una sonrisa".
Pregunta. ¿Ejercer el periodismo le ha servido en su obra?
Respuesta. El periodismo me ha servido para entrenarme en la observación de la realidad. Me gusta observar el entorno y describirlo. Y luego, a nivel de escritura, me ha servido para aprender a contar mucho usando pocas palabras, economizando el lenguaje. Me planteaba mis artículos como si fueran historias. Me gustaba que hubiera planteamiento, nudo y desenlace y que estuviera bien construido.
P. Han pasado 13 años desde su primera novela,Para que nada se pierda, ¿cómo ha evolucionado su estilo?
R. Quiero pensar que escribo mejor y que he encontrado eso que se llama la propia voz. Al principio estaba muy influida por el realismo mágico, por García Márquez o Isabel Allende, que me siguen encantando, pero ya he asumido que no soy ellos.
P. Su trayectoria ha sido un continuo ascenso. De no haber publicado, ¿lo habría dejado?
R. Hubiera seguido escribiendo. Escritor es todo el que escribe, todo el que siente la necesidad de escribir una historia. Publicarla o no es una cuestión de suerte. Y yo la tuve. Gane el Ateneo joven de Sevilla [1997] pero me había presentado a cuatro o cinco concursos más con la misma novela. ¿Por qué en unos sí y en otros no? Por la suerte.
P. ¿Tiene novelas en el cajón?
R. Pues no. Reconozco que he tenido mucha suerte.
P. Otra vez, ¿suerte o justicia?
R. Si lo mío es justicia entonces hay muchas injusticias. Hay escritores muy buenos que no consiguen publicar.
P. ¿Cómo se decidió a presentarse al Premio Planeta?
R. Llevaba escribiendo esa novela tres años y nunca la terminaba. Al final me puse de plazo el 15 de junio, el último día para el Premio Planeta. La envié el 14. Si tengo todo el tiempo lo pierdo, y si me pongo unos plazos va mejor.
P. Pues le ha salido bien.
R. Para mí es mi mejor novela. Es la que me encantaría leer si no fuera su autora.
P. ¿Cómo surge la idea?
R. Cuando estaba embarazada, imaginando cómo sería mi relación con mi hija, pensé en mis padres. Mi relación con ellos ha sido muy buena, no ha habido secretos, pero para mí son un hombre y una mujer que viven por y para mí, los únicos sentimientos que tienen son los paternales y maternales. Y pensé que sí la relación con mi hija es igual será buenísima, pero ella se perderá toda la carga humana que yo he tenido como mujer antes de ser su madre, porque yo me la he perdido con los míos. Las relaciones de padres e hijos son un poco injustas, porque nos perdemos esos matices.
P. La historia empieza dura.
R. He ido varias veces a hospitales para ver que la gente que se enfrenta a ese tipo de cosas lo hace con una actitud positiva, porque si no se mueren. Y cuando te pasa una tragedia en tu entorno eso te tiene que servir de algo, no puede ser gratuita, tienes que encontrarle un sentido. La novela empieza con una tragedia.
P. Y con una madre y una hija que no se llevan bien.
R. Si es duro cuando te llevas bien, cuando te llevas mal tiene que ser tremendo ese abismo que se abre, esa incomunicación. La tragedia de María José es que tiene un accidente y se va a morir, pero el drama es cómo ha vivido ella su vida, cómo no la ha disfrutado plenamente por perseguir un sueño. Que realmente es lo mismo que le pasa a su madre, que no ha disfrutado de la vida por quedarse anclada a un sueño. Tener sueños está muy bien si te ayudan a seguir adelante, pero si se te enquistan y te impiden tener nuevos retos. pues eso es muy negativo. Y a las dos les ha pasado lo mismo. Nos pasamos la vida negando la muerte, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo y cuando te pasa una cosa así todos llegamos a la conclusión de que tenemos que disfrutar la vida.
P. ¿Ve tanta gente anclada en un sueño?
R. Yo y tú. Cuánta gente ves en la calle, dices buenos días y parece que te vayan a pegar. Hay mucha frustración.
P. Parece que le ha salido una novela de ayuda, como su libro sobre la maternidad.
R. Yo creo que toda la literatura es autoayuda. En un hospital coges un libro, ya sea¿Quién me ha robado mi queso? o la Odisea, y ya te está ayudando. Aunque no tengas una desgracia, si lees un libro y te gusta ya te está enriqueciendo.
P. Le gustará que su hija lo lea en el futuro.
R. Sí, y ya me gusta que lo lea ahora mi madre.

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